martes, 2 de febrero de 2016

Los gays, animales políticos

¿INTERESAMOS GAYS, LESBIANAS, BISEXUALES Y TRANSEXUALES REALMENTE A NUESTROS POLÍTICOS? EL NOVELISTA EDUARDO MENDICUTTI SE LO PREGUNTA.

Lo dijo Aristóteles, que era un señor intenso: “El hombre es un animal político”. Si Aristóteles viviera en estos tiempos y, además, fuese políticamente correcto, diría: “El hombre y la mujer son animales políticos”. Si, además de vivir en estos tiempos y ser políticamente correcto, Aristóteles enseñara en alguna universidad anglosajona, diría: “Los hombres y las mujeres heterosexuales, así como los gays, las lesbianas, los y las bisexuales, los y las transexuales, los intergénero y demás, son animales políticos”. Pues sí.

Una interpretación rupestre de la frase de Aristóteles sería que a los gays, las lesbianas, los y las bisexuales, los y las transexuales, los intergénero y demás nos interesa la política. O debería interesarnos. Incluso en España, y mira que está el panorama revuelto y confuso. De hecho, yo estoy seguro de que, por regla general, a todos y a todas nos interesa, de verdad, la política. ¿O no? Vale, no a todos y a todas. En cualquier caso, en este momento, a mí una cosa que me preocupa bastante es si a los políticos y a las políticas les interesamos nosotros y nosotras de verdad.
Por ejemplo: yo no sé si a Podemos les interesamos siquiera un poquito. Al PP ya sé que no le interesamos nada de nada. Al PSOE parece que sí, pero no sé si es solo de boquilla.Ciudadanos no sabe/no contesta sobre este asunto, pero creo que a Albert Rivera solo le interesa Albert Rivera. Y a IU como que da igual si le interesamos o no le interesamos, bastante tienen las criaturas con seguir devorándose los unos a los otros: quedan dos gatos y contento me tienen. A los partidos nacionalistas, de derechas o de izquierdas –si es que de verdad hay partidos nacionalistas de izquierdas–, ya sabemos lo único que, en el fondo, les interesa.
El Gobierno que salga –si es que alguna vez sale algún Gobierno– de todo este batiburrillo, ¿se planteará en algún momento, y de una puñetera vez, una Ley Estatal de Igualdad Trato y no Discriminación en defensa del colectivo LGTBI? ¿Se empeñará de veras en sacar adelante una Ley no tramposa ni interesada de Transexualidad? ¿Se planteará alguna vez el grave problema de los colegios concertados religiosos y los atropellos que cometen, un día sí y otro también, contra los derechos y la dignidad de profesores y alumnos homosexuales, transexuales, bisexuales y demás? ¿Se plantearán alguna vez la legalización de la maternidad subrogada y al alcance de todos, tan anhelada por tantas parejas gays (y no gays)? Un dato: con motivo de las pasadas elecciones generales, el grupo LGTBI del PSOE de Andalucía pidió a sus componentes propuestas para incorporarlas al programa del partido. Alguien propuso la legalización de la maternidad subrogada. Respuesta: el partido está en contra y, además, proponerlo sería ofender a Susana Díaz. Tal cual.
Si yo fuera mujer, me explayaría ahora sobre el concepto de libertad en relación con la mujer que tienen algunos partidos políticos de izquierdas –los de derechas, ni te cuento–. Para algunos políticos de izquierdas, hay que defender la libertad de la mujer para disponer de su propio cuerpo, pero según para qué. Si eso es libertad, yo soy el papa Francisco, san Oscar Wilde no lo permita. Como no soy mujer, sino un hombre gay, insisto en lo nuestro. Muchos, también entre los nuestros y las nuestras, dirán que lo nuestro no es prioritario. Puede. Pero miren: hoy por hoy, el grado de modernidad y civilización de un país se mide, de verdad, por el estado de la cuestión LGTBI. Y es que, además de animales políticos, nuestros derechos y nuestra dignidad son la prueba del algodón.

0 comentarios:

Publicar un comentario